¿Conoces los distintos tipos de cebada?
La cebada fue una de las primeras plantas domesticadas en la historia de la humanidad, en España, el cultivo de cebada es de los más importantes, siendo el segundo en superficie cultivada del país. Esta planta de la familia de las gramíneas (Poaceae), cuyo nombre científico es Hordeum vulgare, se desarrolla bien en los climas templados. Donde mejor crece es en los lugares con climas frescos y moderadamente secos, aunque tolera bien las altas temperaturas en los climas secos; donde no se adapta demasiado bien es en los climas cálidos y húmedos.
Existen distintos tipos de cebada que pueden dividirse en dos grandes grupos: las de invierno y las de primavera. Tradicionalmente, las variedades que se han cultivado son las de invierno. Este tipo de cebada se siembra en otoño para que haya una parada invernal en la que el frío ayudará a que el cultivo espigue antes de que forme la hoja y produzca grano. Sin embargo, cada vez son más populares las variedades de ciclo más corto, que no necesitan un mínimo de horas de frío para espigar, y que se pueden sembrar a partir de diciembre.
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Usos y beneficios de la cebada
Si los distintos tipos de cebada han estado presentes en nuestra dieta a lo largo de miles de años y en diferentes lugares del mundo con tradiciones completamente distintas, no es por casualidad. En la Antigua Roma, se referían a los gladiadores como hordearii, que significa “que comen cebada”, ya que consumían grandes cantidades porque se creía que tenían propiedades vigorizantes.
No iban desencaminados. Sea cual sea el tipo de cebada, se trata de un cereal muy completo que da mucha energía gracias a que es una gran fuente de hidratos de carbono de asimilación lenta. Contiene hasta ocho aminoácidos esenciales y también tiene un aporte del 10% de proteína; proporciona hasta 11 veces más calcio que un vaso de leche y, gracias a sus oligoelementos (selenio, cinc, manganeso o cobre), es un alimento ideal en estados carenciales. Además, su consumo ayuda al control del colesterol y a la prevención de enfermedades cardiovasculares.
La cebada se puede consumir como alimento de diferentes maneras, incluso, aunque no sea muy popular en nuestra cocina, se puede usar como sustituto del arroz. Sirve también como alimentación para el ganado, tanto en grano como para forraje; de hecho, este es uno de los principales aprovechamientos de la cebada, aunque tiene también otras aplicaciones industriales importantes.
Según el tipo de cebada, se puede utilizar para la fabricación de cerveza; la elaboración de azúcares, maltas especiales o harinas para panificación; la preparación de productos alimenticios; o para obtener alcohol en destilería.
Tipos de cebada
Se pueden encontrar muchos tipos de cebada, ya que existen muchas variedades de esta planta; sin embargo, se distinguen por el número de espiguillas que quedan en cada diente del raquis. Siguiendo ese criterio, todas las variedades pertenecen a alguna de estas tres clases de cebada:
Cebada de dos carreras (Hordeum distichum)
Las cebadas de este tipo son las más antiguas (se han encontrado restos de hace unos 9.000 años) y las que más se parecen a la variedad silvestre (hordeum spontaneum). Se caracteriza porque, después de madurar la espiga, solo queda la espiguilla central; solo sus dos líneas laterales de granos son fértiles, mientras que las otras cuatro quedan en forma de espiguilla estéril. Sus granos son mayores y más uniformes, por ello, estas variedades son las que se emplean en la industria de la cerveza. De hecho, este tipo de cebada se conoce como cebada cervecera (y también como cebada tremesina).
Cebada de seis carreras (Hordeum hexastichum)
En este tipo de cebada, las seis líneas de grano son fértiles; así pues, mantiene las tres espiguillas de forma con tres granos por nudo del raquis. Estas variantes son mucho menos cultivadas; en España, según datos del Ministerio de Agricultura, solo suponen el 11% de la producción. Se conoce también como cebada castellana.
Cebada de cuatro carreras (Hordeum hexastichum)
Se mantienen las dos espiguillas laterales y solo tiene dos granos por nudo del raquis. Este grupo recoge variedades intermedias en el tiempo y es poco común, de hecho, en algunas fuentes no se menciona la cebada de cuatro carreras.
Además de esta clasificación, los tipos de cebada se pueden dividir en función de si tienen las semillas protegidas o no. En las cebadas con semilla protegida, la semilla está cubierta por la lema y la palea; son las variedades que se utilizan para hacer cerveza o como alimento animal. En las cebadas con la semilla desnuda, la semilla no está cubierta; se trata de variedades que han ido evolucionando para poder ser aptas para la alimentación humana.